El exgerente municipal José Miguel Castro, colaborador eficaz y testigo central en el juicio contra la exalcaldesa Susana Villarán por el caso Lava Jato, fue hallado muerto el último domingo en su vivienda de Miraflores. Según un acta policial difundida por Epicentro TV, “al parecer se habría suicidado”.
Castro fue encontrado por su padre con una herida cortante en el cuello, en el baño de su casa. En la escena se hallaron dos cuchillos ensangrentados, una toalla en su cuello y un celular. La policía advirtió posible manipulación en la chapa de la puerta, por lo que la zona fue acordonada.
La Fiscalía solicitaba 25 años de prisión para Castro, acusado de ser el segundo al mando en una presunta organización criminal liderada por Villarán. Su muerte se produce a pocos meses del inicio del juicio oral, previsto para el 23 de septiembre.
El fiscal José Domingo Pérez aseguró que las declaraciones previas de Castro podrán ser utilizadas durante el proceso. La muerte del exfuncionario se da en medio de un caso por el que se pide hasta 29 años de cárcel para Villarán y en el que están involucradas otras 20 personas naturales y 10 jurídicas, incluidas las empresas Odebrecht, OAS y Lamsac.